sábado, 13 de febrero de 2010
RAZAS EGIPCIAS
Estos perros estan abundantemente represntados en Egipto.Los perros y también los gatos, tuvieron una presencia importante en la civilización egipcia, Anubis, el dios de los muertos Es dificil sabes si Anubis, el dios de los muertos, es un perro o un chacal, aunque lo arqueólogos hayan optado generalmente por la primera version. Por lo demás, los perros de Egipto no permanecerán estables y variarán con las épocas.
una estela de Antifa II, que data de la X dinastía, nos muestra las principales razas existentes en tiempos de los faraones. Se pueden distinguir cuatro razas de perros: un lebrel de Dalmacia de origen nubio, utilizado aún en la caza de gacelas, un tipo de dingo, un moloso y un perro de guarda de poca alzada.
En el Medio Imperio (2000 años antes de la Era Cristiana) aparece el basset. Su paso por la historia de Egipto será breve. No se presenta ya en el Alto Imperio. Con él parecen haber desaparecido también los antiguos sloughis de cola enrollada, y los perros de guarda de tamaño medio y orejas erguidas. El perro más conocido en el Alto Imperio es un lebrel de patas largas y larga cola. Sus orejas, bastante grandes, unas veces son erectas y otras caídas. De la invasión de los hicsos, que sobrevino en el transcurso del período anterior, Egipto conservó los molosos. Estos perros, poderosos y belicosos, se convirtieron en auxiliares de los combatientes. Se los ha representado corriendo junto a los carros de su amo y rematando a los enemigos que huían. El joven Turankamon se hizo pintar de esta suerte persiguiendo a los nubios.
Sumerios y asirios empleaban también normalemente a los molosos en caza y en la guerra. Los maravillosos bajorrelieves realizados bojo el reinado de Asurbanipal (s,VI a.de J.C:)da testimonio de sus servicios.
Otro dios representado por un perro era adorado en la ciudad de Abydos llamado Khentementin; en Assiut en cambio, había un dios-chacal, Upuaut.
Indudablemente en el antiguo Egipto, los cánidos tenían cierta predilección con todo lo relacionado a difuntos, se cree que era por el hábito de los perros de vagabundear por la noche en los cementerios.
Hacia el final de la V dinastía el prestigio de Anubis disminuye en el ámbito funerario, probablemente por el aumento de prestigio de Osiris que eclipsa a Anubis, aunque por supuesto por las características conservadoras de esta civilización esta preponderancia de un dios sobre otros lleva varias dinastías.
Vale destacar que, antes de Anubis, quizás anterior al 4.200 años a.C. en el alto Egipto otro perro ya había conocido las alabanzas como un dios, éste era Seth, el lebrel de cola enroscada.
El gusto de los egipcios por la caza y luego de haber fracasado en tratar de domesticar a lobos y chacales, se inclinan hacia galgos y sabuesos excelentes para la caza de gacelas, antílopes, liebres y otras presas. El hecho de no existir grandes fieras como leones o tigres y otros felinos de gran tamaño es probable que por esta razón solamente se criaran los crueles molosos solo para el combate en las guerras.
En Egipto existieron cuatro razas principales de perros: un lebrel de Dalmacia de origen nubio, utilizado en la caza de la gacela, un tipo dingo, un moloso y un perro de guarda no muy grande que se caracterizada por tener piernas muy cortas, éste era un perro muy extraño, ya que su pecho parecía rozar el suelo. (Ver imágenes)
El perro más conocido en el Alto Imperio es un lebrel de patas largas y larga cola, sus orejas bastante grandes, a veces erectas y otras caídas. En el período anterior con la invasión de los hicsos (provenientes de Asia Central), éstos trajeron molosos conocido como mastín mesopotámico o asirios que Egipto una vez liberada de esta invasión conservó esta raza de perros, animales poderosos y guerreros que se convirtieron en excelentes auxiliares de los combatientes egipcios, se lo ha representado en pinturas corriendo junto a los carros y rematando a los enemigos que huían. El joven Tutankamon hizo pintar una escena (ver imagen) donde se lo observa persiguiendo a los nubios con estos perros, él dispara flechas sobre estos guerreros mientras son atacados a mordiscos por los molosos asirios de pelaje color crema y que tenían impresionantes collares con púas metálicas. (ver: el collar ).
Fueran molosos o lebreles, los perros en Egipto eran respetados y estaba prohibido matarlos y se condenaba esta actitud con la pena de muerte y el maltrato de animales se lo penaba con castigos corporales, los arqueólogos los han encontrado momificados junto a la tumba de su amo que tenían un gran cariño por sus perros ya que no eran sacrificados en el momento de su muerte sino que eran momificados (ver imagen) y depositados cerca de la tumba una vez que dejaran de existir por muerte natural, se los lloraba y se llevaba luto en su honor tanto como a su amo.
Aunque el gato era también muy respetado y protegido, en el 1500 a.C. parece ser que el perro toma una ligera ventaja sobre el felino y se envían emisarios a zonas lejanas con el fin de traer lebreles más ágiles y armoniosos para complacencia de los faraones.
una estela de Antifa II, que data de la X dinastía, nos muestra las principales razas existentes en tiempos de los faraones. Se pueden distinguir cuatro razas de perros: un lebrel de Dalmacia de origen nubio, utilizado aún en la caza de gacelas, un tipo de dingo, un moloso y un perro de guarda de poca alzada.
En el Medio Imperio (2000 años antes de la Era Cristiana) aparece el basset. Su paso por la historia de Egipto será breve. No se presenta ya en el Alto Imperio. Con él parecen haber desaparecido también los antiguos sloughis de cola enrollada, y los perros de guarda de tamaño medio y orejas erguidas. El perro más conocido en el Alto Imperio es un lebrel de patas largas y larga cola. Sus orejas, bastante grandes, unas veces son erectas y otras caídas. De la invasión de los hicsos, que sobrevino en el transcurso del período anterior, Egipto conservó los molosos. Estos perros, poderosos y belicosos, se convirtieron en auxiliares de los combatientes. Se los ha representado corriendo junto a los carros de su amo y rematando a los enemigos que huían. El joven Turankamon se hizo pintar de esta suerte persiguiendo a los nubios.
Sumerios y asirios empleaban también normalemente a los molosos en caza y en la guerra. Los maravillosos bajorrelieves realizados bojo el reinado de Asurbanipal (s,VI a.de J.C:)da testimonio de sus servicios.
Otro dios representado por un perro era adorado en la ciudad de Abydos llamado Khentementin; en Assiut en cambio, había un dios-chacal, Upuaut.
Indudablemente en el antiguo Egipto, los cánidos tenían cierta predilección con todo lo relacionado a difuntos, se cree que era por el hábito de los perros de vagabundear por la noche en los cementerios.
Hacia el final de la V dinastía el prestigio de Anubis disminuye en el ámbito funerario, probablemente por el aumento de prestigio de Osiris que eclipsa a Anubis, aunque por supuesto por las características conservadoras de esta civilización esta preponderancia de un dios sobre otros lleva varias dinastías.
Vale destacar que, antes de Anubis, quizás anterior al 4.200 años a.C. en el alto Egipto otro perro ya había conocido las alabanzas como un dios, éste era Seth, el lebrel de cola enroscada.
El gusto de los egipcios por la caza y luego de haber fracasado en tratar de domesticar a lobos y chacales, se inclinan hacia galgos y sabuesos excelentes para la caza de gacelas, antílopes, liebres y otras presas. El hecho de no existir grandes fieras como leones o tigres y otros felinos de gran tamaño es probable que por esta razón solamente se criaran los crueles molosos solo para el combate en las guerras.
En Egipto existieron cuatro razas principales de perros: un lebrel de Dalmacia de origen nubio, utilizado en la caza de la gacela, un tipo dingo, un moloso y un perro de guarda no muy grande que se caracterizada por tener piernas muy cortas, éste era un perro muy extraño, ya que su pecho parecía rozar el suelo. (Ver imágenes)
El perro más conocido en el Alto Imperio es un lebrel de patas largas y larga cola, sus orejas bastante grandes, a veces erectas y otras caídas. En el período anterior con la invasión de los hicsos (provenientes de Asia Central), éstos trajeron molosos conocido como mastín mesopotámico o asirios que Egipto una vez liberada de esta invasión conservó esta raza de perros, animales poderosos y guerreros que se convirtieron en excelentes auxiliares de los combatientes egipcios, se lo ha representado en pinturas corriendo junto a los carros y rematando a los enemigos que huían. El joven Tutankamon hizo pintar una escena (ver imagen) donde se lo observa persiguiendo a los nubios con estos perros, él dispara flechas sobre estos guerreros mientras son atacados a mordiscos por los molosos asirios de pelaje color crema y que tenían impresionantes collares con púas metálicas. (ver: el collar ).
Fueran molosos o lebreles, los perros en Egipto eran respetados y estaba prohibido matarlos y se condenaba esta actitud con la pena de muerte y el maltrato de animales se lo penaba con castigos corporales, los arqueólogos los han encontrado momificados junto a la tumba de su amo que tenían un gran cariño por sus perros ya que no eran sacrificados en el momento de su muerte sino que eran momificados (ver imagen) y depositados cerca de la tumba una vez que dejaran de existir por muerte natural, se los lloraba y se llevaba luto en su honor tanto como a su amo.
Aunque el gato era también muy respetado y protegido, en el 1500 a.C. parece ser que el perro toma una ligera ventaja sobre el felino y se envían emisarios a zonas lejanas con el fin de traer lebreles más ágiles y armoniosos para complacencia de los faraones.
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