martes, 26 de enero de 2010
INTRODUCCION
Según una leyenda de los indios norteamericanos, el Dios Nagaicho creó el mundo. Primero puso cuatro columnas para sostener el cielo en alto y separarlo de la tierra. Luego, se fué a pasear por el mundo, e iba creando cosas para llenarlo. La leyenda especifica cómo hizo al hombre y a la mujer, cómo creó los ríos, y cómo fué creando a los animales, uno por uno. Todos los animales, excepto el perro. En ninguna parte de la leyenda se muestra al Dios creando al perro. Cuando Nagaicho se fué a pasear, ya llevaba un perro con él. El Dios ya tenía un perro. Por lo visto, la idea de que álguien fuese paseando sin un perro al lado, era impensable: El perro siempre ha estado aquí.
Aparte de esta leyenda, estos animales nos acompañan ya desde la edad media, ayudándolos en el pastoreo, en la caza, la vigilancia del hogar, y otras tareas. Y sin embargo, no sabemos exactamente su procedencia o resulta muy escueta. Todas la razas de perros domésticos pertenecen a la especie canis familiaris. Pero la cuestión clave, sujeta aún a debate, y que parece poco probable que se pueda aclarar indiscutiblemente, es si el perro doméstico es una versión domesticada de alguno de los cánidos salvajes. La opinión más extendida es que proviene del lobo. En algunas especies de perros las diferencias son mínimas, y en cuanto a carácter y comportamiento social, no hay prácticamente diferencias. De hecho, se pueden entender muchos comportamientos del perro simplemente pensando cómo interactúan los lobos en la manada. La gran variedad de razas de perros existente, se debe a que dependiendo del lugar o de la época, se partía de la especie de lobo local; el hombre seleccionaba las características deseadas, conservando unas y descartando otras, dando lugar al aumentando estas diferencias.
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